La Dilatación del Tiempo y la Creación del Universo.
Por Eliyahu ben Avraham
Para: judaismocaraita.org
¿Enseña la Torá que han transcurrido unos 6000 años desde la creación del universo?, ¿Enseña la Mikrá la teoría de la relatividad del tiempo?, ¿Enseña la Torá que el universo fue creado en seis días humanos?
La dilatación del tiempo en la Mikrá.
Hace unos 3000 años el rey David escribió: “mil años ante tus ojos son como el día de ayer que ya pasó, y como una vigilia de la noche” (Tehillim 90:4)
“He aquí, tú has hecho mis días muy breves, y mi existencia es como nada delante de ti; ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. Selah” (Tehillim 39:5)
¿Qué quiere decir esto?, si el tiempo fuese el mismo para todos, el rey David que era profeta de YHWH no habría escrito esto, pero lo escribió, porque es cierto, el tiempo no avanza igual para todo observador, ni siquiera para dos observadores humanos que se encuentren sobre la superficie terrestre, como veremos a continuación.
La teoría de la relatividad.
El científico Albert Einstein propuso en el año 1905 la teoría de la relatividad especial, la cual consiste en que el tiempo es afectado por la velocidad relativa, y en 1915 propuso la teoría de la relatividad general, la cual señala que el espacio y el tiempo son afectados por la presencia de las fuerzas gravitacionales.
La fuerza gravitacional, es la fuerza con la que un objeto con masa atrae a otro, y la masa es una cantidad de materia. En el caso de los objetos pequeños esta fuerza es despreciable, sin embargo, los satélites naturales, los planetas, las estrellas (soles), y los agujeros negros tienen masas de magnitudes extraordinarias lo cual afecta tanto al espacio que les rodea, como también al tiempo.
La fuerza de atracción entre dos objetos con masa está dada por la siguiente ecuación:
Donde G es la constante de gravitación universal, m1 y m2 son las masas de los objetos, y r es la distancia desde el centro de masa entre los objetos. Obviamente, el objeto mayor atraerá al menor.
Esta fuerza es la que nos mantiene “los pies en la tierra”, por así decirlo, y mientras más nos alejamos de la superficie terrestre menos nos afecta su fuerza gravitacional, y por lo tanto, hay una menor dilatación del tiempo.
La dilatación del tiempo debido a la presencia de un campo gravitacional está dada por la ecuación de Schwarzschild:
Donde Tg es el tiempo transcurrido para un observador sometido al campo gravitacional, To es el tiempo transcurrido para un observador que no se encuentra sometido al campo gravitacional, G es la constante de aceleración de la gravedad universal, M es la masa del cuerpo, r es la distancia desde el centro de masa, y c es la velocidad de la luz, unos 300.000 km/s.
La dilatación del tiempo debido a la velocidad relativa está dada por la siguiente ecuación:
Donde ⧍t es el tiempo transcurrido para un observador en reposo, ⧍to es el tiempo transcurrido para un observador en movimiento relativo, v es la velocidad relativa entre los dos observadores, y c es la velocidad de la luz.
Entonces, el tiempo no es una variable fija, sino que se puede ralentizar cuando estamos sometidos a una fuerza gravitacional y/o a una velocidad relativa con respecto a otro observador.
Pueden haber otros factores que afecten o curven al espacio-tiempo, pero por el momento la ciencia ha descubierto estos dos factores.
Ejemplos prácticos de la teoría de la relatividad:
- Investigadores japoneses del centro Riken de la Universidad de Tokio confirmaron la dilatación del tiempo gravitacional en la torre Tokio Skytree, colocando un reloj muy preciso en su base y otro en la azotea, a 450 metros de altura. Confirmándose que el reloj que se encuentra más cerca del centro de masa del planeta avanza más lento. (Takamoto, Masao. 2020)
- La sonda espacial Viking 1 que envió y recibió pulsos desde el planeta Marte, también muestra diferencias en los pulsos de tiempo debido a que la masa de ese planeta es menor que la masa del planeta tierra.
- Los relojes atómicos de la estación espacial internacional (ISS) se retrasan 0.007 segundos cada 6 meses en relación a los relojes de la tierra. (Ashby, Neil. 2003)
- En los sateĺites de ubicación GPS se pueden apreciar ambos efectos, por un lado los relojes atómicos de estos satélites se adelantan 45 microsegundos por día porque se encuentran a 20.000 km de altura en relación a los relojes que se encuentran en la superficie terrestre, pero se atrasan 7 microsegundos cada día porque se mueven a una velocidad de 14.000 km/hora, resultando un error de 38 microsegundos al día, si no se corrigiera el efecto de la relatividad del tiempo, estos satélites acumularían un error de 100 kilómetros diarios.
La gran explosión o Big Bang.
Hay gran consenso científico en la teoría de que el universo comenzó con una gran explosión de materia que se encontraba concentrada en un lugar, esto se ha demostrado porque las galaxias se encuentran en constante expansión desde un punto en común.
Ilustración del Big Bang | publicdomainpictures.net
Algunos filósofos de la antigüedad, como Aristoteles pensaban que el universo era esférico, con la tierra en el centro, incluyendo planetas errantes y estrellas fijas (Ramiréz-Vidal. 2013. Nasa.gov), Aristoteles creía que la raza humana y el mundo habían existido siempre, y que los desastres naturales regresaban a la humanidad constantemente al principio de la civilización (Hawking, Stephen. 1988).
Si los filósofos griegos hubieran puesto más atención a la Torá habrían comprendido mejor el origen del universo, al parecer no querían reconocer que la tierra y el universo tenían un comienzo, ya que reconocer un universo creado que posteriormente fue ordenado implica necesariamente una intervención divina.
La Torá dice: “En principio creó Dios los cielos y la tierra”. (Bereshit 1:1)
Entonces, la misma ciencia se ha encargado de desmentir a los filósofos ateos, confirmando que la Biblia Hebrea tiene razón, ya que se ha demostrado que las galaxias están en constante expansión debido al desplazamiento al espectro rojo observado por los telescopios que fotografían el cosmos (Hubble, Edwin. 1929), y la radiación de microondas detectada en el universo es evidencia de la gran explosión (Penzias Arno, Woodrow Robert. 1965)
La Ley de la Entropía.
Las leyes de la ciencia moderna demuestran la existencia de un Dios Creador, puesto que después de la gran explosión rige la segunda ley de la termodinámica llamada: “ley de entropía”, esta ley nos dice que los proceso que ocurren en el universo tienden al desorden y al caos, lo cual armoniza con el relato de la Torá Cuando dice:
“y la tierra estaba desordenada y vacía” (Bereshit 1:2)
Así que la segunda ley de la termodinámica estaba expresada en la Torá desde hace miles de años.
Entonces, si el universo tiende al desorden (entropía), ¿Quién ordenó al mundo y al universo después de tanto caos?
Esta ley demuestra que alguien puso orden después de la gran explosión, y ese alguien es Dios.
Después dijo Dios: “sea la luz y fue la luz” (Bereshit 1:3)
Pero esta no era la luz del sol, porque este astro fue creado junto con la luna recién en el cuarto día. (Bereshit 1:14-19)
Entonces, los días mencionados en la creación no pueden ser “días de hombre”, porque no había sol, ni luna durante los primeros tres días o periodos.
Otro aspecto interesante es que el primer día o periodo no es llamado rishon (primero), sino que es llamado uno (ejad), esto puede deberse a que aún no se había creado el tiempo.
Recordemos que el tiempo es relativo y sabemos que se encuentra influenciado por la velocidad relativa y por los campos gravitacionales, incluso, podrían haber factores adicionales que influyen en la dilatación del tiempo.
De este modo, si consideramos que en el principio toda la materia del universo estaba acumulada en una zona reducida, y que las fuerzas gravitacionales en el instante posterior a la gran explosión tenían magnitudes inconmensurables, de hecho, se estima que la masa del universo equivale a 10∧53 Kg, y si reunimos esta cantidad de materia en un espacio reducido se producen distorsiones del espacio-tiempo de magnitudes impresionantes, lo cual explica fácilmente la edad del universo.
Por ejemplo, el sol tiene una masa aproximada de 2 x 10∧30 Kg, si pudiéramos poner a un observador imaginario en la superficie del sol, su reloj se atrasaría un minuto cada año con respecto a un observador en la superficie de la tierra, de acuerdo a la siguiente ecuación:
Entonces, la dilatación del tiempo en la superficie del sol con respecto a un observador en la superficie de la tierra se ve afectada por el factor: 0.99999787, lo cual es un desfase de 1,1 minutos al año, es decir, el tiempo es más lento en la superficie del sol.
Ahora, si pensamos en un observador que presenció el Big Bang no es difícil imaginar cuántos miles de millones de años transcurrieron en los primeros días de la creación, considerando que toda la masa del universo estaba concentrada en un espacio reducido, y la magnitud de las fuerzas gravitacionales distorsionaron el espacio-tiempo de una manera impresionante.
Esto explica porque el universo tiene unos 14 mil millones de años de antigüedad, pues, de acuerdo a la física moderna, un día puede ser lo mismo que miles de millones de años para un observador relativo.
Quedando demostrado que la Torá armoniza perfectamente con las teorías científicas modernas.
Cuadro surrealista | Salvador Dali
Conclusiones.
El tiempo no es una magnitud constante sino que se ve afectado por la fuerza gravitacional y por la velocidad relativa. Las altísimas fuerzas gravitacionales a las que estuvo expuesto el planeta tierra cuando todo fue creado y ordenado, dilataron el tiempo haciendo que cada día para Dios, a quien no afecta el tiempo, se hayan percibido como millones de años en la superficie terrestre, lo cual es demostrable mediante las ecuaciones matemáticas de la teoría de la relatividad especial y general de la física moderna.
Los primeros días de la creación deben ser considerados como días o periodos de Dios, no como días humanos vividos sobre la superficie terrestre, porque durante los primeros días de la creación no habían humanos sobre la tierra. Puesto que Adam y Java fueron creados en el sexto día, y desde ese momento podemos calcular la cronología de acuerdo al tiempo humano hasta nuestros días.
Los casi seis milenios transcurridos de acuerdo a la cronología bíblica, comienzan con la creación de Adam y Java, no con la creación del universo, ni con la creación de la tierra, puesto que para comprender la creación del universo y de la tierra, debemos entender el concepto de la relatividad del tiempo, que es apoyada plenamente por las Escrituras.
¡Bendito sea YIHWEH!